22 de Diciembre de 1921
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| Boceto de la aldea |
Aquí estoy, sentado en una camilla de la tienda de campaña. Ahora es mi hogar. No hay comodidades donde vivo pero no necesito nada más. Con poder escribir mis memorias para desahogarme en momentos concretos me doy por satisfecho. Ya han pasado varios meses desde que llegué aquí y mientras miraba la cara de agradecimiento de un niño de 7 años, he recordado que en el primer mundo estarán a punto de celebrar las Navidades. ¡Qué diferente se ve todo desde aquí! Es una celebración que nunca me ha gustado especialmente por motivos personales pero tengo que decir que a estas familias les vendría bien un poco de alegría. Creo que propondré a mis camaradas que intentemos recrear una humilde fiesta de Navidad para alegrar las almas de estos enfermos. Creo que este año sí que será una Navidad de verdad.
Mañana toca expedición a una pequeña aldea que hay a unos 5 km de nuestro campamento. Parece ser que también necesitan algo de ayuda y el jefe de la tribu donde estamos ahora ha ido esta mañana para hablar con ellos. Han decidido que les vendría bien que les ayudásemos ya que han tenido varias bajas entre sus familias y parece que los niños presentan tanta malnutrición que no conseguirán continuar la sucesión familiar. Esperemos que podamos ayudar sin complicaciones extra ya que aún no hemos recibido los medicamentos que pedimos.
Voy a intentar conciliar un poco el sueño.
E. Belmont
